MIS VIVENCIAS Agradezco a Dios por el regalo de mi voz que he cultivado y cuidado -creo que es un maravilloso don que me acerca a diversos públicos-. Por el milagro de la música, la tristeza se aleja, los mayores se sienten jóvenes, los enfermos se mejoran, los pueblos se unen. La música que es el idioma universal por excelencia y el camino de la esperanza y la paz. Mis canciones me llevaron por lejanos y hermosos países. He recibido toda clase de demostración de amor amor, de admiración, de amistad, de simpatía por parte del público, del periodismo y de personalidades que me invitaban a reuniones con gente de teatro, artistas, escritores y poetas. Así fue que entre tanta gente, un día me invitan a un almuerzo que se realizó en las Viñas de Rancagua, en plena Cordillera de Los Andes. Era un paisaje de ensueño, las viñas de extensión enorme, estaban rodeadas de altísimas montañas con sus picos nevados. E...